Comentábamos ayer que hay muchas maneras de hacer post-punk oscuro, por mucho que en los últimos tiempos se haya generalizado la vertiente más punk-popera de bandas como Futuro Terror o Biznaga. Pues bien, hoy tenemos otra de esas posibles aproximaciones a las tinieblas: Serpiente son un trío bilbaíno que elabora una música minimalista y atípica, una especie de pop oculto que lo mismo puede recordar a los Cure de All Cats Are Grey que a ESG o a Penelope Trip, por citar tres nombres que a mí me pasan por la cabeza cuando escucho este Piedra. Las canciones de Serpiente suenan a terrores infantiles, a arañas y espejos, igual que si hubiesen aparecido olvidadas entre muñecas rotas en el fondo de un viejo arcón, y también tienen algo de microcosmos ampliado, como si fuesen un universo muy pequeño que nos saluda a través del microscopio.
A Serpiente (en Bandcamp lo escriben S.E.R.P.I.E.N.T.E., que a mí me gusta mucho, pero creo que no es la intención) resulta fácil pillarlas en directo, porque tocan mucho y en sitios muy distintos. A mí, las dos veces que las he visto en concierto, me había gustado especialmente la obsesiva Ar, para la que han hecho vídeo y todo, pero creo que mi corte favorito de su primer EP es este Piedra, reptante y misterioso, que abre el disco y es también el más largo del lote: dentro de su estilo, cuatro minutos y medio equivalen casi a una suite sinfónica. ¡Vuélvete piedra!