El hard rock de los 80 nos ha proporcionado algunas de las historias de decadencia personal más tremebundas que se puedan concebir. Sujetos que otrora coleccionaban ferraris y mansiones mientras alternaban con modelos tipo Tawny Kitten en hotelazos de Hollywood han acabado de ‘homeless’ con carrito debajo de un viaducto de Los Angeles o, en el mejor de los casos, trabajando en una hamburguarrería de un cruce de carreteras de Arizona, cuarto cactus a la izquierda según se va en dirección a la nada.
Las drogas, el sexo sin control, el sexo sin control con drogas, alcohol a tutiplén, el derroche loco, los delirios de grandeza y el efecto “Nirvana-tu-rollo-ha-pasado-de-moda-ya-no-tienes-contrato” se cobraron un rosario de víctimas tan ilustres como Jani Lane, nuestro adorado Vinnie Vincent, Robin Crosby (q.e.p.d.), Chris Holmes, Vince Neil (parece que ahora recuperado para la causa) y todos aquellos perdedores ‘wannabes’ que salían en ‘The Decline Of Western Civilization, part II: The Metal Years’.
Ahora, según informó Associated Press y reflejó la imprescindible Metal Sludge, ha tocado fondo otro de nuestros héroes. CC De Ville, el guitarrista de Poison, al que pueden admirar en todo su esplendor ‘glam 80’s’ en la foto de aquí arriba, va a pasar sus próximos meses de vida entre rejas por haber conducido “intoxicado” a alta velocidad. CC, que estrelló su coche contra otro vehículo aparcado mientras huía de la policía, ha visto cómo además alguien ha asaltado su casa y se ha llevado parte de su colección de guitarras, entre ellas varios modelos exclusivos. Y todo esto mientras nuestro hombre está intentando superar lo que ha definido como “mi adicción al alcohol”.
Evitaremos la moralina que ya rondará por la cabeza de Tipper Gore o del telepredicador de turno porque, al fin y al cabo, a nosotros el que nos gusta es el CC más deslumbrante, glam atómico y espectacular. La estrella de rock, vaya, Así que desde Evadidos deseamos que su estancia en prisión sea lo más llevadera posible y que el brazo fuerte de la Ley recupere su colección de guitarras y ponga a buen recaudo al malandrín que se las ha robado.