Ya estamos en otoño, y eso significa que los conciertos empiezan a surgir por todas partes como castañas. He tenido que ir ampliando las recomendaciones hasta ocho citas, con lo que la cosa ya casi ni parece una selección, y eso que he dejado fuera el BIME (el día 30 en el BEC) y también algún concierto muy apetecible que habría obligado a transgredir la sagrada norma de no repetir sala: por ejemplo el de Juventud Juché gratis en Santana (el día 10) o el de The Living Deads en el Satélite T (el día 2).
Mannheim (Xurrut, día 4). El saxofón, que en la música convencional no me suele convencer demasiado, me parece un remate ideal para empeños más ruidosos. Creo que es porque me dejó muy marcado el Fun House de los Stooges. En fin, los holandeses Mannheim lo emplean muy bien en su noise rock contaminado de free jazz. Telonean las siempre interesantes Magmadam.
Pablo Und Destruktion (La Ribera, día 8). Reconozco que no he prestado la atención que merece al músico asturiano Pablo García Díaz. Y ahora mismo rezo diez veces el Yo pecador y hago propósito de enmendar esa laguna, porque todo lo que he escuchado de él me gusta mucho y porque sintonizo mucho con ese rollo de cantautor extremo, libre y un poco tronado.
Lorena Álvarez (Alhóndiga, día 9). Otra asturiana, y tampoco es precisamente la artista más convencional del mundo, aunque siga sendas diferentes a las de su paisano el destruktor. La cantautora de San Antolín de Ibias es algo así como la jotera del indie, una especialista en insuflar nueva vida y espíritu contemporáneo a formas tradicionales de la música española. Lorena estará con su Banda Municipal (los tienen arriba) y la entrada es gratuita.
La Granja (Satélite T, día 10). Entramos en la fase nostálgica del mes, o vintage, o clásica, o como quieran llamarla. El grupo mallorquín nació hace ya tres décadas, pero no se asusten: sus canciones, entre el rock americano y el power pop, mantienen una vigencia que no está contaminada por las modas de aquella época, y quienes los han visto recientemente en directo dicen que siguen sacando chispas a sus instrumentos. Son uno de esos grupos a los que se puede aplicar el eslogan clásico de Crowded House: conoces más canciones de La Granja de las que tú crees.
Immaculate Fools (Kafe Antzokia, día 11). Yo creo que son contemporáneos más o menos estrictos de La Granja, con sus orígenes en torno a 1984. Por alguna razón, el grupo británico sintonizó particularmente con los aficionados de España, donde ha quedado como uno de los nombres clave del rock anglosajón de aquella década. Yo mismo soy de los que se compraron su elepé de debut en su momento, impulsado por aquella canción tan bonita que se llamaba como el grupo. Ahora, el cantante y líder Kevin Weatherill ha retomado la banda con nueva formación.
La Luz (piso superior del Antzoki, día 13). El cuarteto femenino de Seattle combina las armonías vocales propias de los grupos de chicas de los 60 con las guitarras y baterías de la música surf. En sus manos, el resultado de la mezcla tiende hacia la melancolía, con letras que no hablan de sol, playa y culos sino de las oscuridades de la experiencia humana.
Eland Gray (Cotton Club, día 23). Eland Gray es un cantautor sudafricano de formación clásica y jazzística, que este mismo año se ha afincado en nuestro país y ha editado su disco de debut. Es un experto en técnicas alternativas de guitarra, que le permiten crear un compacto colchón armónico y percusivo para que su voz planee por encima.
Slayer, Anthrax y Kvelertak (Santana 27, día 30). Qué voy a decir de este concilio de bestias metálicas. La visita en solitario de cada una de ellas ya serviría de motivo para organizar una fiesta mayor en los garitos de Iturribide, así que la suma es una cosa infartante y abusiva. Además, da para mucho tema de conversación, porque siempre se puede debatir sobre cuál de los tres prefiere cada uno
A veces, como canta Pablo Und Destruktion, la vida es hermosa.