El CBGB neoyorquino, el autodenominado «hogar del rock underground», cierra este domingo porque el casero no quiere renovar el alquiler. Vamos, que le ocurre algo parecido a lo del Boulevard de Bilbao, sin que la comparación pretenda ir más allá de este  puntual hecho inmobiliario. Han sido 33 años de música en directo, con un especial protagonismo a finales de los 70 y comienzos de los 80, cuando estalló la creatividad de la ciudad con bandas como los Ramones -en la imagen, flores en la puerta tras la muerte de Joey-, Television, Talking Heads o Blondie. Precisamente, Debbie Harry y Chris Stein harán una actuación acústica este sábado, en una suerte de funeral para la sala que se completará con un concierto de los Dictators. Después de bajar definitivamente la persiana, el personal tiene intención de abrir un «local hermano» en Las Vegas, ya ven cómo acaban los mitos, mientras van buscando otro huequillo en Nueva York.

Yo estuve en el CBGB hace diez años, cuando mi colega David trabajaba como corresponsal en Nueva York de un periódico de Santo Domingo (si no recuerdo mal, se trata de la segunda ciudad dominicana por número de habitantes), y no pillé nada comparable a aquellos grupos legendarios. Entre las cuatro bandas que tocaron, olvidables y olvidadas, había unos tipos en bermudas que se creían Green Day y unos suecos, también punkies, que en algún momento posterior llegaron a visitar Euskadi. No sé si era la sala o el rock lo que estaba en horas bajas allá por mediados de los noventa.

Actualizado el día 11: vaya, no es una buena semana para el turismo musical. También se anuncia el cierre de Tower Records.