Yo me habría hecho seguidor de estos señores en Facebook aunque no me hubiese gustado su música, solo por el placer de continuar leyendo esa manera tan suya de referirse a su arte. Los señores en cuestión son el dúo barcelonés †††, conocido también como Tres Cruces, que no tienen nada que ver con los otros †††, conocidos también como Crosses y encabezados por el cantante de los Deftones. En fin, los ††† catalanes son unos iluminados capaces de entrever el trasfondo mágico de este mundo nuestro: embriagados de ocultismo, hermetismo, alquimia, misticismo, masonería y demás conocimientos secretos, escriben canciones que más bien parecen turbadores ritos iniciáticos. Pero bueno, así de tontamente lo cuento yo, porque ellos lo dicen todo mejor: lo que graban Vïctor Dunkel y Marc O’Callaghan, los apóstoles del «culto de sombra» que aparecen en la «captura fotolumínica» de arriba, son «clavículas» de «absoluto poder mesmérico» que por fin han compilado en un «gran grimorio», «sacro códice» que debería figurar en toda «diskotek hermétika». Vamos, que pronto van a lanzar en formato físico su álbum Octagrammaton, largamente retrasado por un latoso problema en la edición.

Avanza carro avanza es la pieza que abre el disco, y se ajusta a esa poética suya de simbolismo desbordado y repetición ceremonial: «Avanza, carro, avanza, / bríndanos la disciplina del Auriga, / para conducir a nuestros caballos / hacia la investigación de la Nueva Luna». Más allá de la fascinante rareza de †††, a mí me ha enganchado la fuerza pegadiza de sus canciones, la instrumentación sin muchas complicaciones (aquí les comparan certeramente con un coro de campamento que deriva en turbio culto) y ese sentido del humor que a mis ojos los vuelve mucho más creíbles, porque hace mucho tiempo que desconfío de las oscuridades que no se ríen. Y también la campana de mano, claro, los bruscos tintineos metálicos que puntúan sus estrofas y que ya me llamaron la atención cuando O’Callaghan actuó en el MEM con su proyecto Coàgul. Venga, déjenme terminar copiapegando no solo sus palabras, sino también su grafía mayúscula, arcaizante y entretenidísima, en este anuncio publicitario con aire de profecía: «EL GRAN GRIMOIRE ESTARÁ MATERIALIZADO PARA SV RITVAL DE ESCVCHA EN MENOS DE LO QVE CORRE VN GALLO SIN CABEZA».