Siempre se dice que el punk trató de recuperar la excitación y la urgencia del rock and roll original, perdidas en el accidentado camino que llevaba de los 50 a los 70. Ya saben: se trataba de apostar por las canciones de dos minutos y pico frente a las largas exploraciones instrumentales, de primar los estribillos memorables sobre los solos de batería, de prestar más atención a la emoción que a la técnica. Hemos escuchado esta cantinela mil veces, pero no tenemos tantas ocasiones (o, al menos, yo no las he tenido) de saber qué pensaban al respecto aquellos músicos originales a los que supuestamente se reivindicaba, los pioneros que pusieron en marcha el asunto del rock y que en los 70 andaban ya talluditos.
Por eso me ha llamado la atención esta página del fanzine Jet Lag que está circulando por internet desde hace tiempo, pero que yo no conocía hasta esta misma semana. En 1980, los responsables de la publicación convencieron al mismísimo Chuck Berry (a quien tienen arriba retratado por el compañero Javier Mingueza) para que les reseñase brevemente unos cuantos discos, con unos resultados frescos y curiosos. Les traduzco cinco de sus comentarios.
Sex Pistols – God Save The Queen: «¿Por qué está tan enfadado este muchacho? El trabajo de guitarra y la progresión son como los míos. Buen backbeat. No logro entender la mayor parte de la letra. Si vas a enojarte, al menos deja que la gente sepa por qué te has enojado».
The Clash – Complete Control: «Suena como la anterior. Los ritmos y los acordes encajan bien. ¿El chico este andaba mal de la garganta cuando grabó la voz?».
The Ramones – Sheena Is A Punk Rocker: «Un buen temilla marchoso. Estos chicos me recuerdan a mí mismo cuando empezaba, yo también sabía solo tres acordes».
Talking Heads – Psycho Killer: «La cancioncita es funky, eso está claro. Me gusta mucho el bajo. Es una buena mezcla y fluye realmente bien. El cantante parece sufrir un caso grave de pánico al escenario».
Joy Division – Unknown Pleasures / Wire – I Am The Fly: «Así que esto es lo que llaman moderno. No es nada que no haya oído antes. Suena como una vieja jam de blues de las que montaban BB y Muddy en el backstage del viejo anfiteatro de Chicago. Los instrumentos pueden ser diferentes, pero la experiencia es la misma».
También me encanta, por cierto, su última respuesta en la entrevista que acompaña a las críticas, cuando le preguntan qué piensa de las versiones que otros han grabado de sus canciones. «Me gustan algunas versiones de los Beatles y unas pocas más, pero no las escucho todas, porque -guiña un ojo- todos sabemos quién es el que las toca mejor, ¿a que sí?».
Escuchemos la canción del dolor de garganta…