La semana pasada, en el trabajo de verdad, me tocó entrevistar a Ladys Ramone, ilustre personaje de la escena vizcaína que resulta un poco difícil de resumir: de adolescente se enganchó al punk y se afilió sentimentalmente a la familia Ramone, acompañó en sus correrías a gente como Eskorbuto y después se marchó a Londres y Nueva York a «estudiar» el estilo musical de sus amores. Al mes y medio de llegar a la capital británica, conoció a «un yonqui muy majo» que limpiaba lunas de coche cerca de Harrods, y desde entonces ejerce ese mismo oficio en cruces de carreteras cercanos (el Sagrado Corazón de Bilbao) y lejanísimos (ha bajado a Australia doce veces en los últimos dieciocho años). «Esta enfermedad del punk no te lleva a una caja de pino, pero tampoco se cura, estará siempre ahí», dice Ladys, al que pueden ver en la foto de al lado, de Fernando Gómez, haciendo el mono en un callejón de Sestao.

En su Bandcamp tienen los cuatro álbumes que ha publicado como vocalista, con abundancia de versiones pero también bastantes temas compuestos específicamente para él. Confieso que yo pensaba que sus grabaciones tenían un aire más bufo, más de pasar el rato y echar unas risas, pero me han sorprendido unos discos tremendamente disfrutables, en los que Ladys entona con voz grave de Javier Krahe del punk rock. He seleccionado, por su carácter de autorretrato, este Me llaman calavera de la Ladys Ramone Band: corresponde a su segunda referencia, Somos antisocial, editada en 2002, y la solvencia sonora e instrumental se debe a Mikel Biffs y Jorge Reboredo, que consiguieron un resultado arrollador. Por cierto, Ladys andará hoy de resaca colosal, porque ayer le organizaban en La Nube de Santutxu una despedida de soltero de cara a su boda por el rito de Elvis, que se celebrará mañana como parte del Rock In Ría. ¡Que vivan los novios calaveras!