Ya me olía, cuando empezamos este colectiblog, que la palabra bizarro no tardaría mucho en salir. Es verdad, como apuntaba el galante compañero Galante, que el término no aparece en el DRAE con la acepción que se le da últimamente, sino con el significado clásico de valeroso, intrépido, pero también es cierto que resulta utilísimo para referirse a cierta subcultura aficionada a lo anormal, dicho sea con todo el respeto. Para resumir, podríamos decir que lo bizarro es a lo raro como lo kitsch es a lo hortera, de modo que el palabro sí tiene un plus semántico sobre vocablos más convencionales. Un individuo con paladar bizarro puede interesarse por la lucha mexicana, las canciones perdidas de Víctor Manuel, las películas S, la crónica gore de sucesos, el Mondo Brutto, el kinky sex, los programas más psicotrónicos de las televisiones locales, Viruete.com, el Padre Jony o incluso este humilde blog, que a veces bizarreará una miaja.

Este rollo viene al caso porque hay en los quioscos, entre teteras en miniatura e históricos relojes de bolsillo, una colección denominada ‘Cine Bizarre’. Su presentación gráfica se asemeja a la cabecera de la revista británica Bizarre, alucinante publicación de la que algún día hablaremos, pero no hemos encontrado en la red ninguna información que nos permita relacionarla con ella. El DVD de la semana pasada era nada menos que ‘Vinieron de dentro de’, la primera película comercial de David Cronenberg, una pesadilla sobre un parásito asquerosillo -mezcla de limaco, mojón y genital masculino- que elimina la racionalidad de sus huéspedes y hace que rijan su comportamiento por pulsiones elementales de sexo y violencia. El bicho se adueña de un edificio de apartamentos y convierte a sus residentes en una panda de zombis en busca de orgías, lo que sirve de excusa para algunas escenas eróticas que… Bueno, vale, dejaremos el kinky sex para otra ocasión, pero estén atentos a sus puestos de prensa porque no tenemos ni idea de qué nuevas joyas nos deparará la colección. Es tan cutre que no viene.