Bienvenidos a la nave del misterio. No sé si será casualidad o un modo de protegerme del sol y el bochornazo, pero el caso es que el verano me ha pillado con una provisión más amplia de lo normal de sonidos tenebrosos. Y no me refiero a pop más o menos oscurillo, sino a arquitecturas sonoras más abstractas que aprovechan elementos de la clásica contemporánea, la electrónica, la new age, la música industrial, eso que llaman drone (con sus distintos apellidos, desde metal hasta folk) y demás parentela poco sonriente. Son discos ideales para bajar las persianas y escuchar a buen volumen, como quien se interna en una cueva o en una catedral. Así que me he dicho… ¿por qué no proponerlos aquí, por si alguien quiere tumbarse a su sombra?

Esta primera entrega se titula Rites y es el primer álbum firmado por Paul Jebanasam, un músico nacido en Sri Lanka y afincado en Bristol. Jebanasam, capo del sello Subtext, ya había editado dubstep bajo el nombre de Moving Ninja, pero este monstruo que acaba de parir no parece tener mucho encaje en ningún club de este mundo: ha sobrevivido, eso sí, su amor por los graves abisales, que ha llevado a algún periodista a describir el disco como «placas tectónicas que se funden». Rites se plantea como una «exploración de la música litúrgica», a través de cinco movimientos en los que muchos sonidos aparecen desfigurados hasta lo irreconocible, aunque también afloran, por ejemplo, pasajes clásicos de viola. Una hermosura. Aquí pueden escuchar el álbum entero, pero les cuelgo el primer movimiento, una especie de pórtico más luminoso que lo que viene después.