El hambre de noticias sobre música se está llevando demasiado lejos. Porque, en realidad, noticias hay las que hay, así que se acaba informando de toda novedad que se pueda vincular a un nombre más o menos popular. A mí, desde luego, me cansa mucho ese goteo de naderías sobre cualquier lanzamiento discográfico de cierta relevancia: que si sabemos el título, que si tenemos la portada, que si aquí está el listado de canciones, que si han tocado en directo una que a lo mejor va, que si miren un ‘teaser’ de vídeo, que si podemos escuchar cinco segundos de una canción… Todo es cuestión de alimentar la máquina productora de falsa actualidad, esa trepidación ilusoria que genera visitas a las webs.

Y, al final, pasa lo que tiene que pasar: me había pasado inadvertida la historia sobre el nuevo álbum de Vampire Weekend, del que quizá hayan leído en algún sitio que se titula Lemon Sounds. A lo mejor hasta han visto su portada, esa imagen de fondo cítrico que acompaña estas líneas. La información se publicó en un montón de sitios y los más sorprendidos debieron de ser Vampire Weekend, porque tanto el título como la portada como el tracklist eran falsos. Un reportaje en DIY analiza a fondo lo ocurrido: todo es obra de Thomas Calabrese, un estudiante de la Escuela de Artes Visuales de Brooklyn (Nueva York) que simplemente estaba haciendo sus deberes. El profesor llevó un limón a clase y mandó a los alumnos fotografiarlo y utilizarlo de alguna manera para conseguir un buen número de me gusta en Facebook, a modo de competición por la mejor nota. A Calabrese se le ocurrió esto y lo posteó en su perfil, como si le hubiesen comprado un diseño para el nuevo álbum de Vampire Weekend. Días después, eso que llaman viralidad había hecho su trabajo y la información se encontraba ya en cientos de páginas de todo el mundo.

Está por ver si le ponen el sobresaliente. Pero, de momento, lo mejor ha sido la reacción de XL, la discográfica de Vampire Weekend, que ha enviado a Calabrese este ácido regalito.