No es algo que vaya buscando de manera intencionada, pero he acabado dándome cuenta de que me gustan las canciones que no se ajustan a la estructura clásica de estrofa/estrofa/estribillo/estrofa/estribillo o similar. Vamos, que experimento una atracción natural por los temas en los que todo es estribillo o, si lo enfocamos al revés, en los que nada es estribillo, esos que se lo juegan todo a una carta y apuestan por la repetición y la insistencia. La selección de la semana pasada se ajustaba más o menos a ese modelo, pero el caso de Out On Crystal es evidente: estamos ante una de esas canciones obsesivas que se encierran en bucle en una línea melódica, sobre una instrumentación que va haciéndose más y más densa y acaba ahogando la voz. Vale, en realidad sí hay una variación, pero todo sigue la misma pauta.
La firman No Body, que han debutado con un álbum juguetonamente titulado Loves You. Claro, No Body Loves You. Son un trío alemán y, en fin, creo que resulta imposible hablar de ellos sin citar una referencia: yo no soy especialmente seguidor de Placebo, más allá de escucharlos en los bares cuando los pinchaban mucho (aunque, haré el inciso, tuve que ponerme al día con ellos la última vez que vinieron al BBK Live y los reevalué muy positivamente), pero me bastó un verso de No Body para acordarme de Brian Molko. La voz del cantante y líder, Aydo Abay, se parece muchísimo a la del tío Molko, pero es que además emplea un fraseo muy similar, con ese tono de indiferencia oracular, como predicando desde el otro lado de las cosas. He mirado por ahí y veo que al proyecto más famoso de este hombre, Blackmail, ya solían catalogarlo como un clon de Placebo (¿un placebo de Placebo?), así que está claro que no descubro conexiones nuevas. A lo mejor os estoy indisponiendo a todos contra la canción, y no es ese mi propósito: dejaos llevar y abrazar y devorar por este túnel guitarrero, que en el fondo es más gótico que otra cosa.