Cuando tenía, no sé, veinticinco años, me gustaban mucho Hüsker Dü, pero es una banda con la que me ocurre algo poco corriente: hoy, pasados los cincuenta, me gustan todavía más. Mucha música que escuchamos en nuestra juventud acaba sufriendo cierto desgaste estético: la conocemos tan bien, nos hemos acostumbrado tanto a ella, que la escuchamos de manera un poco rutinaria, o incluso dejamos de escucharla porque ya la llevamos dentro. Pues bien, con Hüsker Dü no me ha ocurrido eso, y su hardcore reconfigurado como rock intenso –una combinación de melodía adictiva, velocidad apremiante y guitarras como turbinas– sigue logrando que a menudo haga un alto en lo que estoy pensando y me centre con pasmo en esas canciones de bárbara belleza.
Con el post de hoy cerramos de algún modo un círculo, o mejor un triángulo. Ya tuvieron canción de la semana los propios Hüsker Dü, con ocasión de la muerte del batería y vocalista Grant Hart, autor de algunos de mis temas favoritos del trío de Minnesota. También pasó por aquí Bob Mould, el guitarrista, vocalista y líder de la banda, que después siguió adelante con Sugar y con una notable carrera en solitario. Y faltaba un elemento curioso, el bajista Greg Norton, que también era algo así como la imagen emblemática y simpática de Hüsker Dü: en su momento veíamos sus coquetos bigotones de húsar como un rasgo extrañamente retro, pero supongo que hoy, en estos tiempos de jóvenes mostachudos, lo convierten en un adelantado a su época. Pues bien, Norton forma parte ahora de otro trío, UltraBomb, que completan el guitarrista y vocalista Finny McConnel (de The Mahones) y el batería Jamie Oliver (que tocó muchos años con los UK Subs). Y UltraBomb, que acaban de publicar su segundo álbum, consiguen algo muy difícil, que es sonar con naturalidad y frescura a Hüsker Dü, como si de pronto hubiese brotado una nueva rama del árbol muerto. Este Who Knows, que arranca con la batería como si fuesen a versionar New Day Rising, es una muestra estupenda de eso que el propio Norton definió como «hardcore que se pueda silbar».