La etiqueta art-punk siempre me ha resultado un poco antipática, aunque se la aplican (y a veces se la aplico) a bastantes grupos que me gustan mucho, desde The Fall y Wire hasta esos Marcel Wave que tuvimos por aquí hace un par de semanas. Pero, en fin, supongo que con Perennial no hay otro remedio que recurrir a esa categoría, porque, aunque su sonido no tenga mucho que ver con esos referentes de la exploración estilística, ocurre que muchas de sus canciones más recientes van, sí, sobre arte. Su nuevo álbum, el tercero, se titula Art History e incluso se permiten incluir un corte que han bautizado Con a de abstracto y que es, en fin, un instrumental bastante abstracto (y después repiten la gracia con la be y el brutalismo). En su anterior EP, de febrero de este año, metieron canciones llamadas Impressionism, Minimalism y Expressionism.
Pero bueno, más allá de obsesiones, lo bueno del trío de Connecticut, con formación de guitarra-órgano-batería y bonitas camisetas a rayas, es que suena arrollador, con un rock garajero, acuciante, gozoso y entregado en el que a menudo se cuelan ecos sesenteros. En el disco se ventilan doce canciones en veintiún minutos, que es lo que suelen durar sus conciertos, y la verdad es que cualquiera de ellas me habría valido para destacar en la sección: iba a tirar por la primera, una atropellada carrera de un minuto, pero al final me he inclinado por esta, Action Painting, que dura dos y muestra más matices de la banda. Vamos, que vienen a ser dos atropelladas carreras enlazadas por un interludio de respiro. Y además tiene vídeo.