Qué buen título para una canción de rock progresivo que busca la trascendencia a lo largo de doce minutos de enrevesados desarrollos, ¿verdad? Pero no, tranquilos, que la cosa se queda en tres minutos y medio y de progresiva no tiene nada, o tiene poco: enredarse en esta espiral mística consiste simplemente en dejarse llevar por el encanto melódico y armónico de Shadow Show, un trío de Detroit que acaba de publicar su segundo álbum. Seguramente a ellas no les gustaría que me las ventile con una referencia única, pero es que a mí me hacen pensar muchísimo en The Bangles, y no es una influencia que aparezca tan a menudo en las reseñas de discos de hoy en día: más allá del hecho un poco obvio de ser mujeres, es que utilizan herramientas muy similares y manejan igual de bien ese difícil equilibrio entre el estribillo atractivo y resultón y la credibilidad roquera, con una notable herencia sesentera y un ramalazo psicodélico que les lleva, claro, por ocasionales espirales místicas. Según han explicado en alguna entrevista, por cierto, Mystic Spiral (que sirvió como sencillo de adelanto del álbum) parte de un manga de Junji Ito y de un texto sobre el simbolismo de la espiral de Warren Defever, líder de His Name is Alive y también detroitarra de pro.
A mí me encanta aplicar el adjetivo juguetón a ciertos grupos, y Shadow Show me parecen excelentes candidatas a recibirlo: son capaces de meter como segundo tema del disco una canción a capela (y muy bonita, además; tanto, que he estado a punto de elegirla) y de vez en cuando se complacen en darles alegre caña a las guitarras. A ver si vienen a tocar por aquí, porque en directo tienen que estar muy bien.