En materia musical, como en tantas otras cosas, Nueva York funciona muchas veces como un universo aparte: hay artistas que llevan toda la vida moviéndose por su rico underground, cruzándose en mil proyectos y dando lugar a un sistema de referencias propio. Uno de esos nombres que funcionan como claves es el de Andrya Ambro, una percusionista y vocalista conocida sobre todo como 50% de Talk Normal, su dúo junto a Sarah Register, que entre otras cosas es colaboradora de Kim Gordon, y así podríamos ir tirando hasta organizar una cadeneta con todas las figuras alternativas de la Gran Manzana.
Lo que tenemos hoy por aquí es Gold Dime, el otro proyecto más relevante de Andrya, un trío en el que ella se ocupa de la percusión, las voces y la composición. «Andrya tiene una habilidad especial para sintetizar la energía primitiva del punk, una sensibilidad vanguardista y unas líneas vocales pegadizas», ha dicho Brian Chase, de los Yeah Yeah Yeahs, otro de la cadeneta. Y tiene razón: con influencias como Patti Smith, Laurie Anderson o Diamanda Galás (ella también cita por ahí a PiL, Fugazi o Alternative TV), la percusionista y sus dos compinches acaban de facturar un tercer álbum oscuro, intenso y sugerente, de ambientes a menudo opresivos y guitarras como trenes de mercancías, que podríamos etiquetar como post-punk sin clichés. Wasted Wanted, casi industrial en su planteamiento, fue la canción que les sirvió de adelanto, allá por el verano, y me parece la puerta de entrada ideal a su mundo.