The Third Mind es eso que llaman un supergrupo, aunque el imponente superprefijo suele resultar algo engañoso, porque a menudo estos proyectos son mucho menos ambiciosos y mucho menos relevantes que las bandas por las que ya eran conocidos los músicos implicados. Aquí tenemos al casi septuagenario Dave Alvin, de los Blasters, junto a miembros de Camper Van Beethoven o Counting Crows y con Jesse Sykes a las voces. Ya se sabe, por otra parte, que esto de los supergrupos llama mucho la atención cuando uno es fan de las bandas madre (¿los infragrupos?), pero puede inspirar una infinita indiferencia si no se da esa condición previa de seguidor. Y ese habría sido mi caso si me hubiese enfrentado a The Third Mind sabiendo quiénes eran, pero no fue así: me los encontré por ahí, quién sabe cómo, y me sentí transportado al folk psicodélico de los últimos 60 y primeros 70, con una atmósfera y un estilo vocal que me hicieron pensar en referentes como Fairport Convention y unas guitarras que se enredan en solos hasta echar chispas.
Aunque nadie lo diría al escucharlos, la idea que hay detrás de The Third Mind es entregarse a los placeres y los riesgos de la improvisación y grabar «sin paracaídas», como ellos dicen. Se juntan, eligen alguna canción para versionarla y se ponen a tocar sin decidir de antemano por dónde van a orientar los arreglos y sin prestar mucha atención al minutero: tres de los seis cortes de su segundo álbum (que, por cierto, en vinilo es un disco doble con solo tres caras grabadas) pasan de los 8 minutos y hay otro que se escapa hasta rozar los 11, aunque he elegido uno de los más cortos, de solo cinco minutos y medio. Como he apuntado hace unas líneas, excepto una composición de Alvin y Sykes, el repertorio se compone de versiones, y creo que todos los originales datan de los 60. Why Not Your Baby estaba en el primer álbum de Dillard & Clark (es decir, el banjista Doug Dillard y el ex-byrds Gene Clark), de 1968, aunque The Third Mind la envuelven en una atmósfera bastante diferente que a mí me gusta mucho: a diferencia de los solos espectaculares de otros momentos del disco, aquí confían esa tarea a un moderado feedback.