Un poco de sobredosis de post punk ya hay. Hombre, depende de dónde mire uno: ojalá hubiese sobredosis de post punk en la televisión, en la radio y en el hilo musical de las tiendas de ropa. Ahí no, pero, si uno rebusca un poco por los grupos emergentes británicos (por ejemplo), se encuentra una abundancia un poco chocante de gente que parece salida de los más oscuros 80. Eso no está mal, pero tengo la impresión de que demasiadas de estas bandas se limitan a repetir rasgos de estilo que ya empezaron a aburrir en los más oscuros 80, y entre esa ortodoxia y lanzarse de cabeza al R&B contemporáneo hay muchas vías intermedias que quizá deberían explorar.
En realidad sé que esta introducción es contraproducente, porque ahora pongo a DAMEFRISØR (parece que ellos prefieren escribirlo así, todo en mayúsculas, como si fuese un tuit de Robert Smith) y muchos dirán que les parecen igualmente convencionales dentro de su rollo. A mí me gustan y, cuando aciertan en una canción, me parecen muy destacables: lo hicieron el año pasado con su tema 2-HEH-V, con una insistente voz sampleada que percutía en varios pasajes de la canción, y lo han vuelto a hacer este año con D.O.D., el corte que abre su primer EP. Aunque su nombre significa peluquero de señoras en noruego, DAMEFRISØR proceden de la muy británica Bristol. Y, aunque puedan parecer debutantes por su exigua discografía, en realidad llevan cuatro años en activo: son una de tantas bandas que vieron su despegue abortado por la pandemia. Son muy fans de My Bloody Valentine (y de los más oscuros 80, claro) y, según veo en fotos recientes como la de arriba, han incorporado a una chica bajista y se han convertido en sexteto. En este tema parsimonioso de juguetones tecladitos, sustituyen lo que debería ser el estribillo por una especie de quejío instrumental, y eso me mola.