Hubo un tiempo en el que se usaba mucho la palabra mestizaje, y yo generalmente lo detestaba. Creo que ahora es un concepto menos sobado: no sé si será porque en este mundo hiperconectado todo empieza a ser mestizo, no sé si se deberá más bien a que esa ocurrencia de la apropiación cultural le ha quitado el prestigio a la idea. El caso es que a mí cada vez me interesan más los proyectos que hibridan culturas y ritmos, como se está notando por aquí: Taxi Kebab, Al-Qasar, Şatellites, Acid Arab… A lo mejor estoy dando mucho la lata últimamente con este ramalazo mío, pero hoy va un nombre más para el lote: Yalla Miku acaban de lanzar su primer sencillo, este Asmazate, y tendrán el álbum de debut en la calle a final de mes.
Y, en fin, a mí me parecen una bomba, una máquina trepidante e irresistible. La banda tiene su origen en Ginebra (donde está también la sede de su sello, Les Disques Bongo Joe, proveedor habitual de este tipo de vicios) y su formación se compone de cuatro suizos, un marroquí, un argelino y un eritreo. Explica su nota de prensa que Ginebra, más allá de la imagen estereotipada que tenemos de ella, con sus tiendas de lujo, sus bancos y sus expatriados ricos, «es verdaderamente multicultural y abierta de mente y está llena de salas dedicadas al activismo». De ese sustrato brotan Yalla Miku, que combinan (vuelvo a copiar) «el gnawa marroquí, las evocadoras melodías del guembri y los riffs del krar con disparos de house, electrónica y bases krautrock». Salen cosas arrebatadoras, extáticas y bailables como esta canción.