Hoy tenemos una canción tradicional. Pero, como ocurre a menudo con el folclore, hoy tenemos también una canción nada tradicional. Go Dig My Grave es una balada de suicidio conocida sobre todo por la grabación que hicieron a principios de los 60 Jean Ritchie y Doc Watson, pero aquella versión era diametralmente opuesta a la que nos ocupa hoy. Coincide, eso sí, la historia: una joven está enamorada de un chico que trabajaba en el ferrocarril, pero este la abandona (después, se supone, de mantener relaciones con ella y quizá dejarla embarazada), de modo que la muchacha sube a su cuarto y su padre la encuentra después ahorcada. En su pecho, un mensaje: «Id y cavad mi tumba / ancha y profunda, / colocad una piedra de mármol / en la cabeza y los pies, / y encima de mi pecho / una palomita blanca / para decirle a este mundo / que morí de amor».
Ritchie la cantaba a toda mecha, con ritmo ferroviario, pero el grupo irlandés Lankum le ha dado el tono opuesto: lento, lúgubre, siniestro. Y, sobre todo, han añadido una coda instrumental de cuatro minutos y medio que lleva el tema más allá de los ocho. Es un drone con cuerdas plañideras que enrarece la canción hasta los extremos casi insoportables que pide el asunto tratado. Explica la banda que esa segunda parte se inspira en la tradición irlandesa del caoineadh, un lamento fúnebre que se pronuncia con un estado de ánimo alterado y que incluye insultos a los enemigos del difunto. «Nuestra interpretación se centra en la emoción de la pena que lo consume todo, insoportable y absoluta, una reacción física visceral a algo que el cuerpo y la mente son casi incapaces de procesar», comentan. Ah, el vídeo es cosa seria. Y quien desee mantener el tono puede continuar la sesión con nuestro estremecedor Romance de Adela.