El productor británico Adrian Sherwood lleva más de 40 años trabajando con el dub (ya saben, esa versión esquelética, alucinógena e increíblemente maleable del reggae que adquiere pleno sentido con graves colosales) y es, de hecho, uno de los principales responsables de que el adictivo estilo jamaicano tenga tanto eco, nunca mejor dicho, fuera de Jamaica y fuera de ese nutrido nicho de fanáticos que suelen ser también incansables activistas. Pero, en los últimos años, Sherwood ha ido adquiriendo conciencia de que la universalidad del dub y del reggae en general quedaba todavía lejos de ser plena, puesto que siguen siendo ámbitos demasiado masculinos y demasiado anglosajones. Ya, hay músicos de reggae por todo el planeta (en Euskadi no digamos) y hay mujeres que fueron esenciales en su desarrollo (ante el micrófono, como Millie Small, y entre bambalinas, como Patricia Chin), pero ni se nos ocurre enmendarle la plana aquí al señor Sherwood, que sabe de esto trillones de veces más que nosotros y ha recopilado numerosos testimonios en ese sentido: «Muchas cantantes decían que tenían la sensación de que el terreno del dub y el reggae era una reserva masculina y resultaba incluso un poco intimidante», ha declarado.
Su manera de contrarrestar esos vicios del estilo ha sido poner en marcha el proyecto Dub No Frontiers, en el que diez mujeres interpretan otras tantas canciones en idiomas que no son el inglés: ahí se podrán encontrar letras en mandarín, árabe o yoruba, por citar tres ejemplos. Su cómplice en la iniciativa es Kerieva, es decir, Kerieva McCormick, una vocalista, multiinstrumentista, coreógrafa y activista en favor de la cultura gitana que colabora desde hace años con On-U Sound, el mítico sello de Adrian Sherwood, y ha trabajado con Asian Dub Foundation o la slit Tessa Pollitt. Además de su papel fundamental en la organización de todo el proyecto Dub No Frontiers, Kerieva se encarga de una de las canciones, este Chavale dabuten, chachi y chipén con letra en romaní y violines que en cuanto pueden se escapan hacia lo balcánico.