Tengo debilidad por las canciones ultracortas. En realidad, se podría defender que son lo más lógico en géneros como el punk: una vez que has dicho lo que tenías que decir y has expuesto las melodías que querías exponer, cualquier repetición constituye en realidad una peligrosa desviación hacia lo progresivo, lo sinfónico, el ombliguismo, la egolatría. Eso lo entendían muy bien los Wire del principio, con aquellos temas que acababan casi antes de empezar, y es el principio que da vida a un proyecto como los canadienses Modern Cynics. Pese a ese nombre tan chulo de banda y ese gentilicio que concuerda en plural, en realidad se trata de una iniciativa unipersonal a cargo de Matty Grace, la líder de Future Girls, que dedicó la cuarentena pandémica a grabar urgentes canciones de cuarentenacore, es decir, píldoras mínimas que mitigasen de manera casi química el tedio y el agobio de la situación. Una estrofa, quizá un estribillo o así, menos de veinte palabras. Y es cuarentenacore de verdad, porque lo toca todo ella sola, sin colegueos online.

El año pasado Modern Cynics ya editaron su primer álbum (o miniálbum, según a qué parámetro atendamos, porque eran dieciocho canciones en dieciocho minutos y medio) y ahora acaban de sacar siete temas nuevos, de los que solo dos superan el minuto. En realidad podría haber elegido cualquiera, porque todos son superefectivos y perfectamente podrían extenderse a duraciones más convencionales, pero se me ha metido especialmente en la cabeza este This Town de cincuenta segundos. «No quiero morir en esta ciudad», dice. Si se os hace corto, ya sabéis: reproducidlo varias veces.