Después de tantas semanas de viejunismo radical en el blog, va a parecer ahora que quiero compensar y hacerme el joven colando una canción de trap (o así, que yo ya ni sé) con vídeo desparramado y una letra de la que no entiendo ni la mitad. Pero no, no es el caso: por un lado, tengo muy claro que este tipo de músicas me han pillado muy tarde y son algo irremediablemente ajeno a mi cultura, por mucho que pueda acabar enganchándome como un idiota a alguna de ellas; por otro, las apariencias a veces engañan, pero a eso ya volveré en el próximo párrafo. La cuestión es que, desde la primera vez que lo escuché, este nuevo artefacto del escuadrón navarro Chill Mafia se me instaló en la cabeza como un parásito espídico y latoso, de esos que te hacen canturrear insistentemente por la casa (con el agravante de imitar a voz desnuda la distorsión electrónica de la canción, un empeño que da lugar a auténticos espantos domésticos), aunque a la vez el abismo generacional me deje un poco confuso y ni siquiera sepa si hay que acreditarla a Chill Mafia o a Kiliki y Ben Yart. Vamos, que la canción me gusta mucho, me encanta cómo suenan las bases (está grabada en Portu, por cierto) y me hace reír con ganas dos o tres veces, que ya es. ¡No sé qué me pas!, esa sería la explicación más certera. Doy las gracias de corazón, por cierto, al alma sensible que ha transcrito la letra en los comentarios de YouTube: «Gora la Chill Mafia, le follen al nuevo punk. / Gora La Joyería, le follen a tu crew. / Gora La Golfería, le follen a Last Tour», dice la canción, editada… en el sello de Last Tour, claro.

Como las ignorancias de uno son vastas y variadas, estaba yo muy sorprendido de la solvencia y la naturalidad con la que unos navarros iconoclastas habían dado forma a un estribillo aflamencado tan memorable, hasta que me enteré de que No sé k me pasa es en realidad una versión, adaptación o perversión de No me lo tengas en cuenta, un clásico del insigne Parrita, fallecido el año pasado. Con lo que, en cierto modo, esta apuesta por las músicas de ahora mismo no hace más que reafirmar en público mi viejunismo, y ya no sé si debo escuchar más trap o más Parrita.