Por mucho que ahora se reactiven los conciertos, mi balance de música en directo de este año va a dar más pena que otra cosa: miro hacia atrás y me encuentro un erial. Uno de los contadísimos buenos recuerdos de estos diez meses me lo proporcionó el trío madrileño VVV [Trippin’you], por mucho que no sepa bien ni cómo decir su nombre, que allá por mayo descargó en Bilborock su rollo electropostpunk-neobakala «que nació para rendir culto al frío, al ruido, a la modernidad y a los párkings», según explica su sello, Helsinkipro. A la salida de aquel concierto revitalizador y revulsivo los describí como una mezcla de makineo, Fasenuova y Aviador Dro con una especie de Genesis P-Orridge al frente. Todo bueno, vamos.
Pues bien, una de las canciones que más me impresionaron en aquella velada fue Odiar frontal, una intensísima reivindicación del odio como reverso necesario del amor, con exhortaciones acuciantes a «amar por siempre y odiar frontal» y afirmaciones como «si no hay lugar para el amor, deja que el odio sea el puntal». Di por hecho que el temazo de marras era un clásico en su discografía, que incluye ya dos álbumes (uno de ellos en dos versiones, es complicadillo), pero hace unos días me sorprendió toparme con Odiar frontal en el listado de novedades. Aquí está, para que lo améis o lo odiéis, con un vídeo que probablemente potenciará esos sentimientos.