Supongo que, por neutrales que tratemos de ser, siempre vemos bajo una luz más favorecedora lo que nos gusta, así que me imagino que algo de eso hay en mi idea de que los sonidos industriales conservan buena parte de ese poder de agitación y confrontación que una vez tuvieron. Si se aplican bien, claro, porque siempre ha habido mucho sonido industrial de recetario, anodino, que simplemente cambia la fórmula de lo convencional por otra que seguramente resulta más fácil de poner en práctica. Como en tantas otras cosas, creo que lo más interesante ocurre a menudo en la periferia y en las intersecciones con otros estilos, por ejemplo cuando esa manera industrial de entender el mundo y la música se combina con una cierta intención pop, de manera que el resultado es una estimulante mezcla de turbulencias sonoras y canción memorizable: es lo que pasa, yo qué sé, con Fasenuova o Coàgul, que son santos patrones de este blog, y también metería en ese saco a los barceloneses Ca de Bestiar, que practican lo que podríamos llamar post-punk ruidista, con amor por las voces distorsionadas hasta lo ininteligible, las texturas ásperas y las mezclas que parecen erróneamente ecualizadas. Una gozada… si te gustan esas cosas, claro.

Ca de Bestiar (su bonito nombre es la denominación en catalán del perro pastor mallorquín) acaban de publicar en casete su segundo álbum, Rituales del mañana, donde combinan hábilmente sus propias composiciones con tres versiones que refuerzan ese componente cantable de su música y equilibran la balanza: son originales de los italo-germanos CCCP, de Psychic TV (y qué bien les queda el agresivo, misantrópico y obsesivo Only Human, ideal para un anuncio veraniego de cerveza) y de Monaguillosh. Pero las composiciones de estos «hijos bastardos de Liaisons Dangereuses, Esplendor Geométrico, Parálisis Permanente, Suicide y Killing Joke», como los definen por ahí (y lo de Liaisons queda más o menos explícito en su canción Niñas, antes titulada Las niñas del parque), mantienen el tipo perfectamente frente a ese material ajeno y nos llevan de paseo por callejones peligrosos y vidas salvajes. Su efecto se potencia con la acumulación, pero he elegido uno de los cortes de acción más inmediata: este Esperando a mi colega que a mí me hace pensar en I’m Waiting For The Man, cómo no, pero también (y quizá de una manera un poco incongruente, vale) en Never Let Me Down Again. Yo creo que hasta se puede bailar esto.