De vez en cuando sucede que una de mis canciones favoritas del año ni siquiera pasa por esta sección. A veces es porque el artista ya tuvo alguna canción de la semana (y ya saben que me prohíbo a mí mismo repetir), pero en otras ocasiones simplemente se va quedando ahí y al final se me pasa, o crece en mi lista de escuchas con cierto retraso y ya no encuentro la ocasión oportuna para traerla por aquí. Pues bien, algo de eso me estaba pasando con Alpha Venom, el corte de efecto más inmediato del séptimo álbum de Sophie Hunger, Halluzinationen. Leo que Sophie, afincada en Berlín, es una artista muy famosa en su país de origen, Suiza, pero tengo la impresión de que por aquí no se la conoce demasiado (esa es la manera elegante de decir que yo no la conocía hasta ahora, a estas alturas vergonzosas del séptimo álbum). Halluzinationen es un disco extraño (y, en algunos pasajes, ciertamente alucinatorio), en el que se combinan lo sintético y lo acústico, el inglés y el alemán, las canciones ortodoxas y los tratamientos heterodoxos. A mí me encanta el resultado y estoy especialmente enamorado de dos temas: la propia Halluzinationen y este Alpha Venom que debería haber compartido aquí hace unas cuantas semanas.
¿Y por qué resulta que ahora sí? Pues porque, husmeando por YouTube, me he topado con esta versión en directo en estudio que Sophie y compañía publicaron el pasado verano y, en fin, me he rendido definitivamente. Es una interpretación acelerada, espídica, casi con un toque industrial en la electrónica, la percusión metálica y la guitarra tirando a chirriante. Lo que en mi casa llamamos una maravilla, vamos. Solo tiene el problema de que, a lo mejor, quien escuche primero esta versión encontrará luego la de estudio demasiado modosita. «No olvides quién hace la música», insiste la letra. Ah, la coda del vídeo es también de nota.