Es una sensación fabulosa cuando un disco supera con creces lo que parecía prometer su lista de ingredientes. Lo malo es que ese extra, esa magia que solo tienen unos pocos, resulta luego muy difícil de explicar, porque precisamente en eso consiste su encanto. Ya el anterior sencillo con el que RVG adelantaron su segundo álbum me puso en guardia, porque era una preciosidad tan clásica como especial, y esta nueva canción me ha confirmado en mis expectativas entusiastas: me huelo que estamos ante uno de los discos del año, porque Romy Vager (la vocalista, guitarrista y líder del grupo de Melbourne, cuyas siglas significan Romy Vager Group) consigue aportar vida, fuerza y credibilidad a unas referencias que no podían quedar más diáfanas. RVG suenan (mucho, muchísimo) a The Go-Betweens, y a mí me hacen pensar también muy a menudo en Television (creo que es más el deje vocal que otra cosa), tienen momentos que me huelen inevitablemente a The Velvet Underground y, aunque eso seguro que es degeneración mía, de vez en cuando trazan líneas de guitarra que me remiten a The Cure. Bueno, veo que Romy suele citar a menudo a los Banshees, así que no parece un eco tan loco.
Es un sonido a la vez clásico y estimulante, pero Christian Neurosurgeon es también una canción atípica, partiendo del título (sí, sí, neurocirujano cristiano), siguiendo con ese taladro quirúrgico que suena al final y concluyendo con la letra, que va exactamente de eso, de un neurocirujano cristiano: “Todos mis amigos se ríen de mí y murmuran. / Me dicen: ‘¿Has encontrado la cruz en el bulbo raquídeo?'”, plantea la letra. El álbum, Feral, sale a finales del mes que viene y seguiremos hablando de él a finales de año.
Por cierto, ¿no es perfecto para esta época un vídeo en el que la banda sale con mascarilla?