Qué cosas. El jueves publiqué en el periódico de papel un reportaje sobre el cincuenta aniversario del álbum de debut de Black Sabbath, que ayer apareció reproducido en un diario amigo, y resulta que en esos tres días de plazo un dato se había quedado anticuado. Contaba yo cómo la estética de aquel disco había tenido su importancia a la hora de convertirlo en una referencia mítica: la portada de la mujer misteriosa frente al molino de Oxfordshire ampliaba de alguna manera la música e inspiraba lo que podríamos llamar videoclips mentales. Y decía que, sorprendentemente, la identidad de la modelo había caído en el olvido, más allá de la vaga idea de que se llamaba Louise.
Pues bien, acaban de rescatarla de ese limbo. Rolling Stone publicó el propio jueves un reportaje en el que participa Louisa Livingstone, aquella joven que prestó su imagen inquietante al disco de Ozzy y compañía. El fotógrafo Keith MacMillan (más conocido entonces por su seudónimo Marcus Keef) explica que la eligió porque era muy menuda y hacía que «todo lo demás pareciera grande». Y la propia Louisa rebusca en sus recuerdos de aquella madrugada en la que llevaron a cabo la sesión y cuenta cómo se tuvo que levantar a eso de las cuatro de la mañana y cuánto frío pasó. «Recuerdo a Keith con hielo seco, lanzándolo a un estanque cercano, pero no funcionó muy bien y utilizó una máquina de humo». Sin embargo, no logran disipar del todo uno de los eternos debates acerca de la foto: ¿hay un gato negro en manos de la modelo? Keith MacMillan recuerda que llevó un minino, prestado por un amigo, pero la modelo no logra dar con ningún gato entre sus recuerdos. Ah, Louisa pasó tantísimo frío porque no lleva nada debajo de la túnica, ya que la idea inicial para la portada era un poco menos modosita: «Estábamos haciendo cosas un poco más atrevidas, pero decidimos que no funcionaban. Cualquier tipo de sexualidad se alejaba de ese ambiente de presagio».
A Louisa Livingstone no le va mucho el heavy, pero hace música electrónica con el nombre de Indreba. Es una cosa relajante, atmosférica y soñadora, pero también podría servir para que las brujas se relajen después del sabbath.