Josephine es una vocalista neoyorquina (“una cotilla drag”, según su autodescripción) que ha titulado su álbum de debut Music Is Easy, y la verdad es que el adjetivo no resulta nada inapropiado para su estilo: las diez canciones del disco suenan desarmantemente fáciles, fluidas, emparentadas con bandas como los Beatles, los Beach Boys, los Byrds o, muy especialmente, el soft rock de los 70. Leo que, además de su carrera en solitario, encabeza o ha encabezado proyectos como Velveteen Rabbit o The Jeanies, que, por lo que escucho, también se atienen a esa fórmula de caramelos melódicos que parecen pertenecer a otra época. “Se produce algo así como una disonancia cognitiva entre sus sonidos sensuales y sensibles propios de la onda media de los 60 y los 70, que gustan a todo el mundo igual que el algodón de azúcar, y su imagen escénica de indecente cabaretera yidis”, la presenta su sello.
Ya en la primera escucha me llamó la atención el penúltimo corte del lote, sin saber que era el que había elegido como sencillo. Se titula He Still Calls Me Baby y es una golosina power pop sobre la intimidad y las distancias: “Es una canción muy sincera sobre un ex que me seguía llamando cariño después de que cortamos, y los sentimientos encontrados y tristes que eso evocaba. Es un dramón del que estoy muy orgullosa”, ha expuesto Josephine en una entrevista con The Big Takeover. El vídeo es todo ojos y boca.