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Canción de la semana: ‘Chansons d’amour’

patton-vannier

 

A lo mejor no es tan chocante en realidad, pero a mí me ha pillado por sorpresa la alianza entre Mike Patton y Jean-Claude Vannier. Más allá de que el uno sea estadounidense y el otro francés y de que se lleven veinticinco años, ocurre que tengo a cada uno de ellos archivado en un rincón distinto del cerebro, aunque es verdad que ninguno de los dos es precisamente una bestia fácil de etiquetar. Patton es el más conocido, al menos en mi entorno, en su calidad de vocalista de Faith No More (y de incontables proyectos más, sí, incluidas notorias extravagancias), pero lo cierto es que yo he escuchado más a Vannier. La fama global del compositor y arreglista francés viene sobre todo de su condición de cómplice necesario en alguno de los mejores trabajos de Serge Gainsbourg, aunque su popularidad en mi casa tiene más que ver con L’enfant assassin des mouches, su debut en solitario de principios de los 70, un disco extrañísimo, fascinante e inagotable que nunca me cansaré de recomendar a cualquiera que se cruce por delante. Si no lo conocen, escúchenlo, de verdad.

El caso es que Patton y Vannier, Vannier y Patton, se conocieron en 2011 a raíz de un tributo a Gainsbourg, hicieron buenas migas y se comprometieron vagamente a colaborar algún día. Y ese día, sí, ha llegado. “Yo le enviaba a Mike versiones en bruto de las canciones para ver qué pensaba y entonces me ponía a esperar con impaciencia, mirando fijamente el reloj, hasta que recibía su respuesta. Él avivaba mi música con su perspectiva singular y sus interpretaciones de mis canciones. Mike es un vocalista formidable, con sentido del humor, y hemos creado una colección de canciones potente, hermosa y sincera, además de una amistad”, relata el francés. El resultado de este proceso es un álbum titulado Corpse Flower que no se editará hasta septiembre, pero del que ya se conocen dos canciones: a mí me ha impresionado especialmente esta Chansons d’amour, con una interpretación de Patton que aporta garra, misterio y excentricidad (y, de alguna manera, melancolía extra) al original de Vannier, incluido en su álbum de 1990. Ah, la letra es una visión bastante cínica de las canciones de amor (“siempre iguales los días de migraña”) y el vídeo… bueno, el vídeo ya lo van a ver, aunque no creo que puedan compartirlo en Facebook.

 

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


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