Yo creo que nuestra canción de hoy solo se puede clasificar como jazz, con perdón. Pido perdón en broma, claro, pero es verdad que el jazz es seguramente el género musical con menos representación en este blog: ya sé que mi prestigio mejoraría mucho si proclamase aquí mi devoción de muchos años por Coltrane y demás vacas sagradas, pero me temo que mi relación con todos ellos ha sido superficial y no siempre gratificante. En fin, a lo que íbamos: que, si nos obligamos a colgarle una etiqueta a lo que hacen el guitarrista Mike Baggetta, el batería Jim Keltner y el bajista Mike Watt, supongo que tendrá que ser jazz, aunque en realidad es un jazz que se parece más al krautrock que al estereotipo más habitual del género.

Baggetta, el autor de Hospital Song, es un músico neoyorquino con un pie en la composición y el otro en la improvisación. Él ha impulsado esta colaboración atípica, porque ni siquiera conocía en persona a Keltner y Watt antes de ponerse a grabar un disco con ellos en tiempo récord. Simplemente, manifestó quiénes serían los integrantes de su conjunto soñado y resultó que ambos estuvieron dispuestos a prestarse al experimento. Los dos son tipos muy ilustres, aunque quizá no en los mismos ámbitos: Watt ha pasado a la historia, sobre todo, como bajista de Minutemen, banda de los 80 que resultaba atípica incluso en su entorno de bandas atípicas, mientras que Keltner es un legendario batería de sesión que ha tocado con un montón de figuras estratosféricas (Lennon, Dylan, Young, Orbison, Pink Floyd, Bee Gees…). El resultado de esa reunión improvisada es un álbum, Wall Of Flowers, que combina cortes más experimentales, alguna versión y pasajes tan mágicos como estos cinco minutos y medio.