Tenía elegida una canción de la semana, que en realidad es de hace treinta y tantos años, pero creo que es más oportuno conmemorar la agonía de este año con una selección de algunas cosas buenas que nos ha dejado. Son 25 canciones variopintas, unidas por el criterio de que me gustan mucho, que a lo mejor no suena muy objetivo pero me parece tan válido como cualquier algoritmo misterioso. Hay ocho artistas estadounidenses, seis españoles, cinco británicos, uno neozelandés, uno mexicano, uno húngaro (Gustave Tiger, los de la foto de arriba), uno noruego, uno esloveno y uno repartido al 50% entre Australia y Estados Unidos. Hay tres versiones: de los Kinks, de Sonrisas y lágrimas y de Elizabeth Cotten. En casi la mitad de las canciones (doce, exactamente) aparece alguna mujer, y de hecho hay el mismo número de solistas femeninas que masculinos (es casualidad, una lógica casualidad). Y es, en general, una lista tranquilita y tirando a conservadora, sin disonancias ni grandes salidas de tono (nada de metal, por ejemplo), con temas que podrían gustar a padres y abuelos. ¿Una lista vieja? Sí, de 2018.