Si les gusta el punk-pop noventero, seguro que White Baby les parece una canción estupenda y supereficaz: impetuosa, alegre, saltarina, coreable y adhesiva, tiene todo lo que hay que tener para convertirse en un hit inmediato del estilo. El caso es que a mí el punk-pop noventero me suele inspirar, ante todo, una monumental indiferencia, así que algo más tiene que haber en este tema para que me ponga tan contento cada vez que suena. No se asusten, que tampoco voy a lanzarme a un profundo análisis musicológico: no hay que esperar más que cinco segundos (veintinco en el vídeo) para que suenen los teclados, culpables principales de mi enganche a esta canción.

The Blankz son veteranos de la escena punk de Arizona (sé poco de su currículum, pero la experiencia se les ve en las jetas) y este White Baby es su primer sencillo, producido por Cris Kirkwood, de Meat Puppets. El asunto de la letra es singular: el vocalista, que responde por Tommy Blank, explora en la canción su infrecuente identidad étnica de niño blanco adoptado por una familia de origen mexicano («niño blanco, mamá morena») e incluso utiliza sus vídeos domésticos para ilustrarla.