El formato de dúo está muy lejos de ser mi favorito para el rock, porque las limitaciones suelen acabar imponiendo el uso repetido de los mismos trucos, pero la actitud de The Lovely Eggs logra arrasar con todos los prejuicios. Este dúo matrimonial inglés lleva en activo más de una década, con un peculiar sentido del humor (hey, se llaman Los Huevos Encantadores) que les ha llevado a especializarse en títulos absurdos: yo qué sé, I Like Birds But I Like Other Animals Too, Tyrannosaurus Rex for Christmas, Have You Ever Heard a Digital Accordion? o el mismo This Is Eggland, que es su nuevo álbum. También son defensores de causas admirables, entre las que destaca su oposición radical a los “falsos bises” al final de los conciertos. “Implican que una banda programe su set para que incluya un falso final en el que abandonan el escenario, solo para regresar minutos después y hacer un bis formulaico y planeado de antemano. Los momentos espontáneos no están representados por una raya horizontal bajo un setlist y tres canciones extra”, protestan con justa indignación.
Dickhead (algo así como gilipollas) es uno de los temas más enérgicos de su nuevo álbum, una especie de punk garajero con un cierto toque grunge, riot grrrl y también psicodélico. Al fin y al cabo, Holly, la chica, encabezaba Angelica, una banda noventera a la que muchos andan reivindicando por ahí (y que titularon su disco de debut El final de una bonita carrera), y David, el chico, formaba parte de Three Dimensional Tanx, gente con la cabeza muy volada. Su hogar de Lancaster tiene que ser la mar de animado.