Delorean van a publicar a mediados del mes que viene su álbum de revisiones de Mikel Laboa, del que ya se puede escuchar un adelanto aquí. Aprovechando que el Urumea pasa por Donostia, he decidido rescatar un artículo publicado hace año y medio en nuestra revista de música para suscriptores, en el que Guillermo, miembro de la banda, elegía sus cuatro canciones favoritas del mítico cantautor y añadía un bonus track. Aquello venía a cuento de la presentación de sus versiones en el Arriaga de Bilbao, pero esa parte me la he cargado para no inducir a error. Y ya siento incluir temas de Spotify, pero es que no están en YouTube.
………………..
En principio, las músicas de Mikel Laboa y Delorean pueden parecer separadas por un abismo estilístico y generacional, por mucho que el cantautor donostiarra fuese un hombre abierto a enriquecer sus canciones con el aire fresco de las influencias ajenas. Pero, de manera inesperada, el grupo zarauztarra se cruzó hace dos años con la obra de Laboa, cuando los organizadores de los premios donostiarras Adarra, que iban a reconocer al añorado músico, les encargaron cerrar el acto de entrega en el Victoria Eugenia con un espectáculo basado en su obra: Delorean aceptaron el reto y se zambulleron a fondo en la discografía de Laboa, desde sus trabajos más cercanos a la tradición folk hasta su faceta más vanguardista, con aquellas extrañas piezas en las que hacía añicos todas las convenciones sin miedo a desconcertar a su público. Aquella recontextualización, que envolvía la inconfundible voz de Laboa en la instrumentación electrónica del grupo, fue todo un éxito.
No es, ni mucho menos, la primera vez que músicos más jóvenes se miden con las creaciones de Laboa, un gigante de la música vasca que, pese a su estatus de tótem, siempre favoreció con su actitud este tipo de confianzas. Hace veinticinco años, por ejemplo, se mostró satisfecho de cómo había quedado Txerokee, el disco en el que le rendían tributo bandas de rock como Su Ta Gar, Negu Gorriak o M-ak, y más recientemente, con el cantautor ya fallecido, ha habido homenajes como Txinaurriak, en el que participaron Berri Txarrak, Lisabö o Atom Rhumba. ¿Qué tiene Laboa que lo hace más próximo que otros cantautores a la gente del pop y el rock? «Pues no lo sé -admite Guillermo Astrain, de Delorean-. De primeras, su obra no me parece muy accesible en términos de música pop. Su música y su voz tienen algo incómodo e imprevisible; es angustiosa, rabiosa, triste… Es verdad que hay artistas como Anari o la gente de Lisabö explorando esas emociones con éxito, pero desconozco sus influencias. Nosotros conocíamos sus canciones más populares, pero nunca nos habíamos sumergido en su obra hasta ahora y es cierto que hay algo primitivo y básico en sus interpretaciones que se siente cercano. Tal vez su lenguaje es más emocional y visceral que el de otros cantautores».
Guillermo se ha prestado a seleccionar sus cuatro canciones favoritas de Mikel Laboa, a las que ha añadido un bonus track. Allá van…
Ama hil zaigu (Bat hiru, 1974)
«Fue probablemente la primera composición de Mikel Laboa que escuché de manera consciente o voluntaria. Fue a través de una versión de estudio publicada por el grupo donostiarra Le Mans (Jonathan Jeremiah EP, 1996). Es una canción supertriste, con una melodía preciosa y una letra breve pero demoledora. Apenas cuatro frases para presentar un bucle absurdo y contradictorio entre la vida, el trabajo y la muerte».
Txoria txori (Bat hiru, 1974)
«Sería raro no mencionar la canción más popular de su obra. Por lo visto, es una adaptación de un poema, y me parece curioso que represente tan bien ese universo de tristezas, contradicciones y paradojas, tan presente en su obra. No tengo ni idea de cuándo la escuché por primera vez, tal vez en el cole, en la calle, en la tele… Parece que siempre estuvo ahí, pero tiene un mensaje tan potente que cada vez que la escucho tengo la triste sensación de haberla olvidado».
Komunikazio-Inkomunikazio. Lekeitio 5. 1976/7 (Lau bost, 1980)
«Seguramente la pieza musical más loca que conozco. Una guitarra en un lado, un micrófono en el otro, Mikel Laboa paseándose de un lugar a otro, alternando idiomas, inventando palabras, versioneando canciones populares, sampleando arreglos corales, recitando, conversando con seres imaginarios. Un auténtico caos llevado a otro nivel al calcarla en directo. Una locura muy pensada».
Denbora galduaren bila (Doneztebe) (Sei, 1985)
«Es la única canción de Laboa que sé tocar con la guitarra. Muy fácil técnicamente, pero con una progresión imprevisible, casi improvisada, que cuesta memorizar. Siendo una pieza instrumental, el título ya dirige la escucha hacia un estado melancólico. Compuesta prácticamente con dos acordes e interpretada solo con una guitarra. Me encanta tocarla».
Txinaurria (Gernika Zuzenean 2, 1999)
«Esta la descubrí hace poco. Para variar y contextualizar más esta entrevista, me hace gracia incluir una pieza reinterpretada en directo bajo su dirección. La verdad es que no soy fan de todas sus colaboraciones, pero esta es tan libre (ambient, con texturas electrónicas, efectos…) que me parece un ejemplo de valentía y generosidad a la hora de replantear y renovar un repertorio de manera colaborativa. Me permite creer que hay lugar para nuestra revisión».