La canción de la semana es una de esas tareas que me obligan a trabajar un poquito en vacaciones, porque escucho algún tema que me gusta y, claro, lo archivo mentalmente (bueno, en realidad lo añado a una lista de Spotify) para traerlo por esta sección. Esta vez, he acabado con tres candidatos claros: uno que podríamos definir como blues rock psicodélico, otro que tira hacia el post punk salvaje y un tercero de sedante neoclasicismo. Una mano inocente y limpia ha extraído una bolita de papel y, zas, ha tocado la primera.
Así que aquí tienen a Dead Heavens, unos neoyorquinos que canalizan a grupos como Cream, Black Sabbath o The Jimi Hendrix Experience pero vienen de universos bastante alejados de ese estilo. El líder del cuarteto es el vocalista y guitarrista Walter Schreifels, que allá por finales de los 80 tocaba y componía en los históricos jarcoretas Gorilla Biscuits (bueno, veo que sigue en ello, porque todavía existen), mientras que el guitarrista Paul Kostabi fue miembro fundador de White Zombie. Según aseguran, este nuevo proyecto surgió de una obsesión compartida por el primer álbum de Cream y el tercero de My Bloody Valentine (sí, sí, el tercero), aunque esto último no logro apreciarlo en su música, rock setentero con la cabeza muy volada. A mí me gustan mucho los bamboleos y borbotones de sus guitarras, pero creo que la clave de mi enganche ha sido esa voz casi femenina que canta sin esfuerzo aparente.