Mi querida esposa me llamó friki el otro día por escuchar a estos muchachotes japoneses. Lo decía, intuyo, por el aspecto que lucen los mozos en esta foto –que, imprudentemente, le enseñé– y por el hecho de que cuentan en su formación con un sitarista –dato que, sí, también mencioné al presentárselos–. Ni siquiera […]