El mundo del black metal sigue aportando material interesante a los manuales de criminología. Esta vez no viajamos a Escandinavia, escenario más habitual de los desvaríos homicidas de algunos miembros de la escena, sino a un lugar más inesperado, donde tiene bastante más mérito lucir corpsepaint: Tailandia. Allí, el cantante y bajista de la banda Surrender Of Divinity fue asesinado a cuchilladas el pasado 8 de enero, en un crimen que al parecer fue cometido por un fan, disgustado por la manera liviana en que la víctima entendía el satanismo. Parece que Samong Avajee Traisattha, de 36 años, a quien el grupo acredita como black vomitor y bass thunder, se citó en su propia casa con el seguidor, para preparar juntos unas camisetas.

Días después, el sujeto reivindicó el crimen en Facebook, en un perfil a nombre de Maleficent Meditation, que ya ha sido eliminado. En su actualización aportaba varias fotos de la escena del crimen y el siguiente argumento: «Tengo más respeto por los devotos budistas, cristianos y musulmanes que por aquellos que se llaman a sí mismos satánicos sin saber nada del tema. Si no lo hubiese matado yo, estoy seguro de que lo habría matado algún otro. Por encima de todo, Satán no es un juguete. ¡No te llames satánico si no crees en Satán!». Vemos de nuevo que, en algunos casos, se empieza con la simpatía por el macho cabrío y se acaba como una cabra.

Escuchemos a Surrender Of Divinity.