Neneh Cherry ha andado siempre por ahí, colaborando con unos y con otros, pero me he asustado al leer esta mañana que no saca ningún álbum a su nombre desde… ¡1996! Vamos, desde el milenio pasado, desde otra era cultural, desde aquella época en la que Maricastaña empezaba a trastear con internet. Mientras tanto, como decía, ha hecho sus cosas, entre las que habría que destacar el disco que editó el año pasado junto al grupo escandinavo de jazz The Thing, bonitamente titulado The Cherry Thing y dedicado a las versiones.

El caso es que Neneh vuelve por fin, aunque nunca se haya ido. Me imagino que los más jóvenes no sabrán siquiera de quién les hablo, si es que algún joven se aventura por aquí, así que haré el típico resumen en una frase larguita con incisos cansinos: Neneh (hija de un percusionista sierraleonés y una artista sueca e hijastra del mítico trompetista Don Cherry) dio su primer mordisco a la fama en la adolescencia como vocalista de Rip Rig + Panic, que practicaban una especie de post-punk jazzístico, y debutó en solitario a finales de los 80 con el influyente Raw Like Sushi, una mezcla de rap, pop y música de baile que podría verse como el ilustre antepasado de gente como M.I.A. o incluso de algún R&B comercial de ese que prolifera hoy. Ay, necesito otra frase, porque habrá que recordar que su mayor éxito comercial, al menos en España, fue su dúo con Youssou N’Dour en Seven Seconds, tema incluido en su tercer elepé. En fin, Neneh tiene ya 49 años y regresa en febrero con un álbum titulado Blank Project, producido por Four Tet y grabado junto al dúo londinense RocketNumberNine. Y se lo cuento, sobre todo, porque la canción que han adelantado suena así de bien.