Yo creo que hace veinte años habría odiado esta canción. Hace diez a lo mejor me habría gustado algo más. Pero en los últimos tiempos he ido desarrollando una afición creciente por las guitarras y las estructuras del rock setentero que hace que, hoy en día, este pequeño monstruo me apasione. Lo firman Fuzz, un grupo que ya deja claras sus intenciones con ese apelativo y que, en realidad, es el último o penúltimo proyecto de Ty Segall, vocalista, batería y guitarrista de San Francisco que lleva un lustro de febril hiperactividad. Fuzz acaban de editar su primer álbum, un repertorio variadito que a mí me gusta más en su vertiente más burra, como en este tema que sirvió de adelanto del disco.
Los chicos de Pitchfork lo resumieron muy bien al decir que es como «un doble elepé en directo de los años 70 condensado en seis minutos». A mí me vuelve loco el sonido de guitarra que aparece al minuto y dieciocho segundos (y que me recuerda de forma inevitable a los Butthole Surfers del Hairway To Steven), pero les aviso de que a partir de los tres minutos, cuando termina la canción propiamente dicha, hay divagación e incluso pequeños solos de batería y bajo. Veo, por cierto, que la cosa es descargable por gentileza de Brooklyn Vegan, que son quienes la han colgado en Soundcloud: basta pulsar en la flechita de la derecha del reproductor.