Ya estamos en otoño, tiempo de reactivarse, aunque no sé si la agenda musical se ha sacudido todavía la pereza estival. Creo recordar que otros octubres venían más cargaditos, pero bueno, aquí tienen cinco conciertos bonitos en cinco salas distintas. Esta vez son todas de Bilbao.
Don The Tiger (Cotton Club, día 5). El Cotton, sin mucho revuelo, se está haciendo con una programación variada que incluye cosas muy interesantes. Este mes, por ejemplo, tienen también a la comercial venezolana Georgina, pero nosotros nos vamos hacia el otro extremo de lo asequible: Don The Tiger es el nombre artístico de Adrián de Alfonso, un músico coruñés curtido en la escena barcelonesa y trasplantado a Berlín, donde parece haberse impregnado de esa oscuridad de cabaré industrial típica de la capital alemana.
WOP Festival (Santana 27, día 11). Los chicos del WOP han tenido mala suerte este año, con dos bandas estelares que se les han echado atrás en el último momento, pero aun así han conseguido cuadrar un festival chulo, además de barato y con una buena causa. Habrá dos grupos internacionales (la inspiración sureña de North Mississippi Allstars y el soul-punk de Lisa & The Lips) en un cartel que se completa con Cápsula, Sonic Trash, Lightnin Malcolm (miembro de la banda de los North Mississippi Allstars, que ahora que lo pienso también es extranjero, claro) y la propia WOP Band.
Wau y los Arrrghs!!! (Azkena, día 12). Qué ganas tengo de ver por fin en directo a estos fenómenos de la naturaleza, de la física y de la química, un quinteto valenciano de cerebro descacharrado que interpreta garaje de los sesenta sin ningún rastro de nostalgia ni de amaneramiento. «Se va a liar a base de bien», avisan las huestes de Juanito Wau, que son esos seres de la foto de arriba.
Alice Francis (Sala BBK, día 20). A lo mejor resulta ser un bluff, pero me despierta mucha curiosidad esta chica rumana afincada en Alemania que pretende recuperar el espíritu rebelde y un poco locuelo de las flappers de los años 20. Ella describe lo suyo como neocharlestón y suele actuar respaldada por dos sujetos que manejan aparatos electrónicos.
Chelsea Wolfe y Russian Circles (Kafe Antzokia, día 21). Sé que Russian Circles son objeto de veneración en ciertos círculos, valga la redundancia, y no me disgustan en absoluto. Pero lo que a mí me atrae de verdad hacia este concierto es Chelsea Wolfe, cantautora californiana que se ha convertido en una de las madrinas de la actual escena gotiquilla. Mira que suelo desconfiar de las sacerdotisas de las tinieblas, pero su nuevo álbum, Pain Is Beauty, me ha desarmado.
Y, aun así, les voy a colgar una canción que no pertenece a ese disco. Estaba buscando alguna con vídeo (que creo que no hay) y me he topado con la buena de Chelsea versionando en directo una canción que me encanta: el The End de Sibylle Baier.