Sigo de vacaciones, pero he estado mirando la programación del mes y, como me parece que hay cosas muy chulas, no me resisto a hacer la tradicional selección, aunque sea telegráfica y con trampa. Porque iba a decir que son seis conciertos en seis salas, como de costumbre, pero a lo mejor hay que ser muy elástico para considerar recinto en sí mismo la parte de arriba del Antzoki.
Jucifer (Sentinel, día 8). El matrimonio de Athens (Georgia) lleva ya veinte años de vida nómada, volumen abusivo y conciertos desbocados, a medio camino entre el metal y la demencia. Su gira europea (estoy contando y me salen 69 conciertos en dos meses) llega al pequeño local de Erandio, que a lo mejor estalla por la presión sonora. Los tienen en la foto.
Theee Bat (Kafe Antzokia, día 13, también el día 8 en el Ibu Hots vitoriano). Locos garajeros japoneses con atuendos de inspiración murciélaga, en un combate a muerte con la lentitud: “Tocamos tan rápido que las canciones de tres minutos se vuelven canciones de minuto y medio”, dicen. ¡Telonean los Paniks!
Kode9 (sala de arriba del Kafe Antzokia, día 13). El colectivo Paraleloan vuelve a dar la campanada con el capo de Hyperdub, el sello clave de la electrónica británica en lo que llevamos de siglo. Parece que Steve Goodman, que así se llama en realidad el hombre, está últimamente muy trepidante y metido en el footwork, un estilo bastante alejado de las atmósferas oscuras y subyugantes con las que se ha vinculado tradicionalmente su escudería. Entiendo que esto será simultáneo a la japonesada garajera, qué cosas… (pues no, al final lo de Kode9 empieza hora y media más tarde).
Alfonso Vilallonga (Cotton Club, día 20). El sobrino de José Luis de Vilallonga es todo un personaje, propenso a la heterodoxia y la provocación: barón de Maldà i Maldanell y de Segur, creador de palíndromos (“Amar es reconocerse rama”), jugador muy competente de póker, apasionado del cabaré y, por supuesto, músico de cine que hace unos mesecitos ganó el Goya por la banda sonora de Blancanieves.
Black Tusk (Azkena, día 20). Otros tres brutotes de Georgia. Colmillo Negro proceden de Savannah, como Baroness y Kysela, y su “metal pantanoso” los convierte en ilustres miembros de la cofradía que presiden sus paisanos. Por supuesto, son barbudos.
Lock Up (Sonora, día 28). Y acabamos con más bestialidad. Lock Up son el supergrupo que pusieron en marcha en su momento Shane Embury y Jesse Pintado, de Napalm Death, para darse el gusto de tocar death primitivo. A la batería está desde el principio Nick Barker (ex Cradle Of Filth y Dimmu Borgir). El lugar de Jesse, fallecido en 2006, lo ocupa el chileno Anton Reisenegger (Criminal). Y de las voces se ocupa desde hace más de una década Tomas Lindberg, de At The Gates. Casi nada.
Les dejo con Maldà State (Estat propi), del último álbum de Alfonso Vilallonga, Alphosphore Variations. El tema ha levantado algunas ampollas en su tierra, por versos como “no soy independentista porque soy independiente” o “siempre me han dado mucha angustia los gemidos del señor Llach”.