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Evadidos

Como en el Discovery Channel

A lo mejor muchos de ustedes ni siquiera se acuerdan de Bloodhound Gang, porque su mayor éxito tiene ya trece añitos. Se trata, claro, de aquel The Bad Touch que ocultaba un estribillo inmortal: «Tú y yo, nena, no somos más que mamíferos, / así que hagámoslo como lo hacen en el Discovery Channel». Yo difícilmente podría olvidarla, porque en uno de mis dos o tres bares favoritos del mundo, el Mister Pizzy de Logroño, nos deleitan asiduamente con el simiesco videoclip de la canción.

El caso es que Bloodhound Gang vuelven a estar de actualidad estos días por otra de sus ocurrencias. Durante un concierto en Odesa (Ucrania), el bajista se pasó una bandera rusa por la entrepierna, introduciéndola por la parte delantera de los pantalones (o de los calzoncillos, que no acabo de verlo claro) y sacándola por la trasera, para después lanzarla al público. «No le digáis nada a Putin», pidieron. Quizá no fue una buena idea, sobre todo teniendo en cuenta que la siguiente escala de su gira era Rusia, donde se ha abierto una investigación criminal por «profanación» y «desecración» de un símbolo nacional. La región de Krasnodar incluso ha iniciado ya una causa penal contra la banda yanqui, que ha explicado que todo lo que arrojan a los espectadores pasa antes por las regiones íntimas de su bajista, por tradición. El festival ruso que les había contratado para actuar el domingo canceló el concierto y, según cuentan, los músicos incluso sufrieron una agresión en el aeropuerto de Anapa. El ministro ruso de Cultura les ha tachado de «imbéciles», el embajador estadounidense en Rusia ha calificado su acto como «asqueroso» y varios diputados han pedido que en adelante se prohíba su entrada en el país. Ah, también les han hackeado la web. Y todo por un trapillo. O por dos, que parece que el hombre también orinó sobre la bandera ucraniana.

En YouTube pueden contemplar la profanación, pero yo prefiero colgarles el vídeo de aquel tremendo éxito suyo, que ya dejaba claro que de estos tipos tampoco se pueden esperar alardes de refinamiento.

 

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


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