Lustmord es el nombre de guerra del galés Brian Williams, que lleva más de treinta años explorando el nebuloso territorio del ambient oscuro. De hecho, muchos le atribuyen la invención misma del concepto, y la verdad es que álbumes como aquel The Place Where The Black Stars Hang que editó a mediados de los 90 sirven como buena definición del género: parece inevitable comparar aquel paisaje sonoro de hora y cuarto con un agujero negro, que absorbe la luz y se traga de paso a los oyentes, rodeados por quejidos cósmicos y lo que parecen lejanas explosiones de estrellas.

Pues bien, se da la feliz circunstancia de que Lustmord ha editado un nuevo álbum para alegrarnos el verano. Se titula The Word As Power y me resulta extrañamente liviano, siempre dentro de los parámetros del artista: como apunta el título, Brian ha confeccionado un álbum vocal, con las colaboraciones de la noruega Aina Skinnes Olsen, Jarboe (de los Swans), Maynard James Keenan (de Tool y Puscifer) y Soriah (un tipo llamado Enrique Ugalde, taxista en Portland, que se fue a la remota república siberiana de Tuvá para aprende throat singing). Sus voces se elevan, a modo de ritual, sobre un lecho de tonos ultragraves, como latidos y corrimientos geológicos, tan profundos que algunos pueden pasar desapercibidos si no se reproducen en condiciones. A lo mejor vuelvo a equivocarme, pero tengo la sensación de que muchos fans de la new age podrían disfrutarlo perfectamente. Aquí tienen un extracto del tema Chorazin, reducido para la ocasión a una tercera parte de su extensión original.