Aunque pocas cosas pueden darme más rabia, hoy les cuelgo la canción de la semana en versión mutilada, porque no la encuentro por ningún sitio en toda su gloriosa extensión. Por suerte, no es lo mismo perderse un 30% de una composición de casi dieciséis minutos, con una estructura repetitiva hasta lo hipnótico, que darle el hachazo a un himno pop de minuto y medio.
En fin, se trata de una de esas músicas donde uno puede retirarse a vivir una temporada. Yo, de hecho, llevo toda la semana allí. La firman Asva, grupo de Seattle al que suelen encuadrar en eso que llaman drone rock, pero que simplemente hacen lo que les viene en gana sin imponerse muchas fronteras de tiempo ni estilo. A Game In Hell, Hard Work In Heaven, nuestro ejemplo y para mí su obra maestra, tiene su fragmento más definitorio en una melodía sencilla y doliente de guitarras, pero también incluye una parte vocal de aire arcano, como una oración de difuntos de alguna cultura remota. La conexión fúnebre es algo más que una suposición: el tema forma parte del segundo álbum de Asva, en el que el líder de la banda, Stuart Dahlquist, buscaba respuestas emocionales al fallecimiento de su hermano Michael, el batería de Silkworm. Fue una de esas muertes absurdas hasta lo desesperante: una exmodelo que quería suicidarse estrelló su coche contra el de Michael, detenido en un semáforo, y mató a tres de los ocupantes.
A Game In Hell, Hard Work In Heaven suena terriblemente triste, pero también reconfortante. El corte a los diez minutos es un crimen (aquí está entera, vía Spotify) y les hace perderse el breve pasaje acelerado de la canción, que llega dos minutos y medio después, pero al menos pueden disfrutar de las imágenes del corto de animación The Tale Of How, alegremente pirateadas por una fan.