Uno de los doscientos mil prejuicios que albergo me lleva a contemplar con recelo las novelas firmadas por músicos, a las que imagino siempre egocéntricas y torpes, como reclamando la condescendencia de un lector ya cautivado por otras vías. Y es un prejuicio precisamente porque, en realidad, no recuerdo experiencias particularmente penosas que me hayan llevado a formarme esa opinión negativa. La última, desde luego, ha sido más que positiva: cómo me ha gustado No saldré vivo de este mundo, la primera novela de Steve Earle, traducida al castellano por Javier Calvo y publicada aquí por El Aleph Editores. Me la regaló mi primo hace un par de meses, por mi cumpleaños, y la leí la semana pasada con creciente fascinación.
Yo odio las sinopsis, así que pueden saltarse este párrafo si comparten esa otra manía mía. El protagonista es un médico yonqui, ya sin licencia, que ha acabado practicando abortos clandestinos y apaños a maleantes en una calle infernal del San Antonio de los primeros 60, un lugar dominado por la viciosa espiral de las adicciones y el sexo de pago. Pero en esa existencia de realismo chungo aparecen dos toques mágicos: al bueno de Doc, como le llaman todos, se le suele aparecer el latoso fantasma de Hank Williams (el título del libro, bonito de verdad, es una canción del mítico artista country y también sirvió para bautizar el último álbum de Earle), y un buen día irrumpirá en su vida Graciela, una joven ilegal mexicana que murmura conjuros en nahuatl. Hasta ahí puedo leer.
Hoy, por cierto, con la novela ya terminada, me he puesto a leer qué contaba Steve Earle sobre ella, y me ha sorprendido ver que en una entrevista con el Telegraph se refiere a su obra como «una especie de libro de Harry Potter para adultos». Porque resulta que el cantautor barbudo y politizado es muy fan de J. K. Rowling: «Leo sobre todo no ficción, y eso ocurre probablemente porque siento una tremenda inseguridad sobre mi falta de educación y las cosas que ignoro. Pero me encantaron los libros de Harry Potter: cuando se editó el libro del fénix, en 2003, vivía con una mujer y su hija de diez años y fuimos a comprarlo a medianoche. Había chavales haciendo fila para comprar un puto libro. Me pareció tan guay… Sé que un montón de chicos fueron dejando los libros de Harry Potter, pero yo los leí todos». Les juro que en ningún momento de No saldré vivo de este mundo me vino a la cabeza el maguito gafoso.
Les dejo con I’ll Never Get Out Of This World Alive, de Hank Williams, interpretada en directo por su nieto Hank Williams III.