Los Butthole Surfers, de los que ya hemos hablado más de una vez por aquí, son un grupo de tejanos locos y bañados en ácido que convertían sus giras en circos demenciales con bailarinas desnudas. Me acuerdo de que, hace muchos años, el Rockdelux publicó un reportaje sobre los que consideraba tres grupos principales del rock alternativo estadounidense de los 80: salían Thurston Moore, de Sonic Youth; J Mascis, de Dinosaur Jr, y Gibby Haynes, el vocalista de los Butthole Surfers, y este último conseguía que incluso el marciano mudito de Mascis pareciese un tipo normal. Los Surfers eran los candidatos más improbables para acabar en una multinacional, pero también les llegó la hora cuando el grunge desató la fiebre de contrataciones. Existe unanimidad crítica en que sus álbumes para Capitol son mucho peores que todo lo anterior, y es cierto que, a la vez que empezaron a grabar con mejor sonido, se normalizaron un poquito. Pero no creo que nadie pueda decir que este Birds, de 1996, encaja en la idea de canción convencional.
Disfruten de la guitarra siempre fantástica de Paul Leary y el borboteo vocal de Gibby Haynes, en la línea de su memorable colaboración con Ministry en Jesus Built My Hot Rod.