Permítanme decirlo cuatro o cinco veces para hacerme a la idea: estoy de vacaciones, estoy de vacaciones, estoy de vacaciones, estoy de vacaciones, ¡estoy de vacaciones…! La verdad es que, con un bebé tragón y voceador en la casa, esto del veraneo cambia bastante, pero me sigue pareciendo una bonita conquista de esta sociedad esclavizada. […]