La vida da vueltas muy raras: la canción de hoy forma parte de un disco español del año pasado, el que dedicó la cantaora y cantautora Mayte Martín a los poemas de Manuel Alcántara, pero seguramente yo no habría llegado a escucharlo jamás si no me hubiesen entrado ganas de orinar, con perdón, en la ciudad sueca de Malmö. En vacaciones fuimos allí desde Copenhague para pasar el día -el alucinante puente de Øresund era una tentación tremenda- y, claro, sólo llevábamos un billete grande de coronas suecas, pero en los baños de la estación había que pagar una monedilla. Así que tuve que comprarme una revista en el quiosco para conseguir cambio y, aunque estuve a punto de llevarme la temible Terrorizer, al final opté por Songlines, dedicada al folk y las músicas del mundo. Y, en fin, en el cedé de regalo venía una canción de este disco de Mayte Martín, y ya desde la primera escucha lo cercano triunfó sobre lo exótico y me quedé radicalmente enganchado.
«El flamenco es mi origen, no mi yugo», dice Mayte en su web, y verdaderamente este álbum no se puede encuadrar en ese estilo, por mucho que el flamenco dé un aroma muy peculiar a estas melodías que van desde la canción de autor hasta el tango. Y los versos de Alcántara, qué quieren que les diga, son una maravilla, aunque supongo que habrá gente que prefiera una poesía más pedante, más aparatosa y más hueca. Por la mar chica del puerto es el tema que abre el álbum, que lleva el ocurrente título de AlcantaraManuel, pero también les podría haber colgado Manuel -es la que venía en el disco de Songlines, basada en un poema que Alcántara dedicó a su paisano y tocayo Altolaguirre- o la última, No pensar nunca en la muerte, con esa grandiosa estrofa de despedida: «Y morirme de repente / el día menos pensado. / Ése en el que pienso siempre». Aquí tienen a Mayte Martín, en directo en el Teatro Español de Madrid.