Reconozco que soy un poco fundamentalista en materia radiofónica. Jamás escucho emisoras de onda media, porque me ponen de un mal humor irracional: siempre lo he atribuido a que me retrotraen a aquellos madrugones de la infancia, con las galletas delante y La saga de los Porretas detrás. Y la FM es un peligroso […]