Claro, ven ustedes mi raquítica producción desde el chupinazo de la Aste Nagusia y a lo mejor me imaginan entregado al desenfreno, revolcándome en un lodazal de juerga y vicios. Y no, qué va: llevo unas fiestas de lo más tranquilito, apenas sin conciertos –pertenezco a esa extraña cofradía de quienes dan el aprobado al […]